8 consejos que debes seguir para aliviar la acidez estomacal
Seguramente has experimentado varios episodios de acidez estomacal después de comer y que empeoran durante la noche. Modificando algunos hábitos en tu estilo de vida puedes aliviar los síntomas e, incluso, remediar esta enfermedad.
Para entender mejor a este padecimiento podemos decir que la acidez estomacal , es una sensación de ardor en el pecho que se presenta justo detrás del esternón. Ocurre cuando los contenidos del estómago regresan al esófago y puede también conllevar un sabor agrio y la sensación de que la comida regresa a la boca.
La acidez estomacal, que se conoce como enfermedad de reflujo gastroesofágico, ocurre por lo general después de comer, aunque puede suceder durante la noche. El dolor suele empeorar al acostarse o agacharse.
¿Por qué regresa la comida al esófago?
En condiciones normales, una fuerte banda muscular (el esfínter esofágico inferior) cierra el extremo inferior del esófago y lo abre para permitir el paso de alimentos y líquidos al estómago; luego, vuelve a cerrarlo. Cuando el músculo se relaja de forma anómala o se debilita, los contenidos del estómago pueden regresar (refluir) e irritar el esófago.
La acidez estomacal ocasional es algo común y no es motivo de alarma, pues la mayoría de las personas logran controlar bien las molestias. Sin embargo, la acidez estomacal más frecuente que interfiere con la rutina diaria puede ser un síntoma de algo más grave que requiere asistencia médica.
¿Qué puedes hacer para reducir al mínimo los efectos de la acidez estomacal?
- Mantén un peso sano. Los kilos en exceso ejercen presión sobre el abdomen y empujan el estómago, lo que ocasiona que el ácido regrese al esófago. Si tienes un peso sano, mantenlo. Si tienes exceso de peso o eres obeso, esfuérzate por perder peso lentamente, a un ritmo de máximo de medio a 1 kilogramo por semana. Solicita ayuda al médico a fin de delinear una estrategia.
- Evita usar ropa apretada. La ropa que aprieta alrededor de la cintura ejerce presión sobre el abdomen y el esfínter esofágico inferior.
- No consumas alimentos y bebidas que desencadenan la acidez estomacal. Cada uno tiene sus desencadenantes específicos. Los desencadenantes comunes como la grasa o la comida frita, las salsas a base de tomate, el alcohol, el chocolate, la menta, el ajo, la cebolla y la cafeína pueden empeorar la acidez estomacal. Evita los alimentos que sabes que desencadenan tu acidez estomacal.
- Ingiere comidas más pequeñas. Evita comer en exceso e ingiere comidas en menor cantidad.
- No te acuestes después de comer. Espera por lo menos 3 horas antes de recostarse o de ir a dormir.
- Eleva la cabecera de la cama. Si con regularidad tienes acidez estomacal por la noche o mientras intentas dormir, aprovecha la gravedad. Coloca trozos de madera o ladrillos de cemento bajo las patas de la cama, a fin de que el extremo de la cabecera se eleve unos 15 a 23 cm (6 a 9 pulgadas). Si no fuese posible elevar la cama, coloca una cuña entre el colchón y el somier para elevar el cuerpo desde la cintura. Las cuñas se venden en farmacias y tiendas de suministros médicos. Elevar la cama con más almohadas no resulta eficaz.
- Intenta ocasionalmente con antiácidos de venta libre. Estos productos pueden neutralizar temporalmente el ácido del estómago y aliviar la acidez estomacal. No obstante, el consumo prolongado o excesivo de antiácidos que contienen magnesio puede producir diarrea, y los productos a base de calcio o aluminio pueden conducir a estreñimiento.
- No fumes. Fumar reduce la capacidad del esfínter esofágico inferior de funcionar adecuadamente.
¿Cuándo hay que ir al médico?
Busca ayuda de inmediato si sientes fuerte dolor u opresión en el pecho, especialmente acompañado por otros signos y síntomas como dolor en el brazo o la mandíbula, o dificultad para respirar. El dolor del pecho puede ser un síntoma de ataque cardíaco.
Haz una cita con el médico en los casos siguientes:
- La acidez estomacal ocurre más de una vez por semana.
- Los síntomas continúan pese a los medicamentos de venta libre.
- Tienes dificultad para tragar.
- Tienes náuseas o vómitos constantes.
- Pierdes peso debido a que tienes poco apetito o dificultad para comer.
- Recuerda asistir al médico y no interrumpir tus tratamientos.
Información de Mayo Clinic.