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La Aventura de la Vida, Relatos de una Mujer en la Política, el libro de Lucy Pérez

Dijo en alguna ocasión Gabriel García Márquez que ninguna aventura de la imaginación tiene más valor literario que el más pequeño e insignificante episodio de la vida cotidiana.

El libro de la jalisciense Lucy Pérez, «La Aventura de la Vida, Relatos de una Mujer en la Política», tiene mucho de razón y de razones para darle sentido a esta frase.

De inmediato el título me llevó a algo que francamente le he recomendado a varios líderes cuando hablamos de su comunicación, ya que encuentran cierta fascinación por estar en los reflectores, eso de “estar en los medios”, ser «trending topic» o tendencia.

Aunque usted no lo crea, hay personajes que sólo se preocupan por los reflectores y no por los resultados de gestión o de su responsabilidad en un cargo.

A ellos les ponía esta regla: «si no tienes algo interesante, importante, trascendente qué decir, por favor no salgas, no grabes, no opines”.

Hay quien la aplicó y hay quien gracias a su insistencia he podido entrarle a esto de resolver “una crisis de medios” o el famoso «cuarto de guerra»,  y ahí vamos a intentar ponerle remedio al tema.

Por supuesto que éste no es el caso, afortunadamente.

En la Aventura de la Vida, Lucy sí tiene mucho qué decir y creo que se quedó corta en estos 13 episodios en que dividió cada uno de los pasajes de esta aventura.

Son 13 rápidos capítulos en los que nos cuenta justo las aventuras de una mujer en la que la política, y vaya que la sola política es es todo un tema.

Debo decirles que en esta lectura, la autora nos cuenta mucho de esa vida en la política, y hoy lo destacado es que justo nos confíe las que ha vivido y nos da la primera entrega de esta aventura de estar entre políticos, algo sumamente revelador.

Nos abre su visión sobre la política, sobre lo complicado que puede ser para alguien querer cambiar su entorno, del trabajo arduo que hay detrás y de la capacidad para levantarse cuando hay un fracaso o las cosas no salen como podrían esperarse.

El libro se lee de corrido, te lleva de la mano estés o no familiarizado con la política. De ahí otro de sus valores, como dice ella, casi, casi de lectura obligada para quienes quieran tener un acercamiento para conocer sobre lo que es hacer política en México.

Es una bitácora puntual de las que ha pasado, y estoy seguro que tuvo que acomodar, por el propio espacio del libro para que muchas de estas historias que se van deslizando una por una entraran en el texto, con ese hilo conductor que en el camino de la constancia, del trabajo permanente y de no perderse a sí misma en el largo y sinuoso camino de la congruencia.

Con ciertas pausas, ciertos atajos la autora adelanta lo que ha ido aprendiendo, las recomendaciones, sus conclusiones o sus tips ante una situación compleja.

De hecho, solitas estas recomendaciones podrían ser una segunda forma de leer el texto o de acercarse al mismo.

El libro es un reto compartido, así como vamos acompañando a Lucy desde su niñez, sus primeros retos en su partido, sus momentos como funcionaria pública y de sus decisiones como legisladora, a la par nos va preguntando a veces de manera discreta, casi sin notarse, «y tu qué tal, qué hubieras hecho, tu qué harías, tu qué vas a hacer cuanto tengas un reto similar o mayor».

En el libro hay cuestionamientos que definen una postura o decisiones que la enfrentaron con su realidad. Lucy Pérez nos cuenta cómo le fue.

Rescato la honestidad del texto, la frescura y sinceridad con la que nos cuenta los temas, sobre todo los complicados, los que aleccionan, los que la forjaron.

Reconozco en ella una visión que nunca ha perdido, que es trabajar por y para los demás.

Sus narraciones nos llevan lo mismo a darse cuenta que a veces los manuales de operación de una institución gubernamental nada tienen que ver con el trato humano, con escuchar al otro, con el sentido y el sabor que deja el “al menos me escuchó aunque a veces no está en sus manos poderme ayudar”.

Identifico el sentido de servicio que las más de las veces los políticos, del color que sean, olvidan muy rápido, tan pronto como se recuperan de la elección que los lleva al poder y su atención se centra en si les cayó o no el recursos presupuestal.

Lucy mantiene el reto de conservar la actitud y total compromiso que como político es muy fácil del olvidar: La de servir y la de trabajar por un cambio.

La Aventura de la Vida es una oportunidad central para conocer desde la mirada y la perspectiva de una mujer, que no tiene la menor intención de dejar de serlo, cómo es que se vive y es más se puede vivir a partir del servicio a los demás.

Hay una pirámide de valores, de congruencia y de apoyo entre su familia y su equipo de trabajo, sus diferentes equipos de trabajo, que no deja de mencionar y de reconocer de ellos sus enseñanzas.

Me llamó la atención las menciones que hace sobre cómo ha sabido hacer equipo incluso como ella misma lo dice, con quienes pudieran leerse como contrarios por tener una visión diferente de un tema, con algo que creo también se le ha olvidado a los políticos, las coincidencias, los temas en los que se pueden poner de acuerdo y a partir de ahí generar un cambio o incluso una política pública exitosa, de resultados, de beneficio para los ciudadanos.

Lucy por supuesto que habla de política pero en un sentido de cambio, de acción, de honestidad y transparencia, de rendición de cuentas, de resultados sin cálculos políticos, sin miedo a perder por ello las simpatías electorales. Hoy no sólo en México, esa cualidad en un político es cada vez menos común y en muchos es totalmente ausente.

Hoy se acusan para con mentiras o verdades evidenciar quién es más miserable que el otro, quién ha robado más y quién lo seguirá haciendo, son tan viles como su objetivo por alcanzar o mantener el poder.

Creo que con políticas como Lucy, con su trabajo y con su ejemplo, alienta e inspira para platicarle a las generaciones que vienen que sí, que el país no está tan bien como quisiéramos pero también que hay gente que con su trabajo, con hacer lo que le toca hacer, construye un mejor México.

Hace falta la participación de más mujeres en la política no por un tema de número o de cuotas sino, decían por ahí porque es algo tan serio como para sólo dejársela a los hombres.

Acerca del autor

Felipe Galindo

Periodista de vocación, veracruzano por convicción, estratega, fan de las buenas historias y seguidor de que las cosas pasen.

 @galindoenlinea

Felipe Galindo

Periodista de vocación, veracruzano por convicción, estratega, fan de las buenas historias y seguidor de que las cosas pasen.

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