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#MiOtraVida | Lo esencial es un camino

«Hay demasiado de todo» y «lo esencial está constantemente amenazado por lo insignificante». Estas citas de Paul Valéry y de René Char contrastan con el bullicio y el vacío de nuestra época.—Clara Olwen.

Reflexionando sobre “lo esencial” y “lo insignificante”, me doy cuenta de que la percepción de lo uno y de lo otro va cambiando a lo largo de la vida.

Entre los pocos recuerdos que tengo de mi niñez, está el de una sensación de angustia cada vez que me despedía de  mi papá los lunes en la mañana, a la puerta de la escuela. Sabía que lo vería de nuevo en quince días, cuando me tocara pasar el fin de semana con él. Pero igual me angustiaba la perspectiva de su ausencia durante esos días. Para mí lo esencial en ese tiempo era la certeza de no perder su amor.
En la adolescencia las cosas cambiaron. Supongo que Freud diría que mi nueva necesidad esencial no era sino consecuencia de la antigua, pero el caso es que yo tenía una percepción diferente: en esa época lo esencial para mí era ¡tener novio! La pura idea de lo que entonces entendía por “soledad” me oprimía el pecho de miedo.

Cuando, años después me convertí en mamá, de nuevo lo esencial para mí dio un giro abrupto. Ahora se trataba del reconocimiento, en especial en el ámbito profesional, por lo que incluso ponía mi rol como mamá en un segundo plano; no quería arriesgarme a perder mi identidad como “profesionista” si era demasiado maternal.

Y lo esencial siguió transformándose a lo largo de los años. Hasta que uno de esos días de la vida donde una toca fondo, abrumada por los gajes del oficio de ser humana, llegué a mi actual percepción de lo que considero esencial.

Hoy, por encima de mi necesidad de sentirme amada, por encima de mi necesidad de reconocimiento, y de muchas otras necesidades que en su momento me parecieron esenciales, está mi necesidad de sentir paz en el corazón. No considero que éste haya sido un camino lineal, ni que sea el único camino, ni siquiera el correcto. Lo considero mi camino, simplemente. Y no lo considero acabado.

Darme cuenta de este recorrido interno, me hace también cobrar conciencia de lo subjetivo que puede ser lo esencial. De lo inútil de tratar de convencer a otros de lo que nosotros consideramos que es lo esencial o de lo que es insignificante.

Hoy estoy convencida de que la vida de cada uno es una travesía de autodescubrimiento única, irrepetible; hecha a la medida.

Lo esencial es también una interpretación de la realidad, una percepción personal. Su transformación cronológica es un camino de aprendizaje que nos permite conocer el mundo desde perspectivas tan diversas a lo largo de una sola vida, que a veces pareciera que hemos vivido más de una sola vida desde que nacimos. Me pregunto, ¿de qué manera seguirá cambiando mi percepción de lo que considero esencial con el paso del tiempo? ¡Qué interesante es vivir!

Lilyán de la Vega es Coach de Vida, Instructora de Meditación y Balance Emocional, Conferencista, Activista por la Sororidad y Autora del libro Lecciones para Volar para una Bruja Moderna, publicado por Ediciones B.

Transformación Personal desde lo Femenino.

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