Nueva cirugía de cáncer de tiroides, sin cicatriz y sin dañar la voz
Afortunadamente el cáncer de tiroides es uno de los que tiene mejor pronóstico siendo la cirugía el pilar del tratamiento.
¿Pero sabías que este tipo de cáncer afecta más a las mujeres que a los hombres, con una incidencia de 3 a 1?
El cirujano oncólogo Manuel Acuña Tovar, adscrito al Hospital ABC Campus Observatorio, comenta que a todos los pacientes con cáncer de tiroides les preocupa, primero y por razones obvias el éxito de la cirugía, que salga lo mejor posible. “Posteriormente, se preocupan por la parte funcional, es decir, la conservación de sus cuerdas vocales y, por la parte estética, la apariencia de las cicatrices en su cuello, siendo esto último muy importante en las mujeres, especialmente las más jóvenes”.
Por ello, destaca la disponibilidad en México de una nueva técnica de cirugía endoscópica de mínima invasión que muy pocos grupos médicos hacen en el mundo “y nosotros ya realizamos en el Hospital ABC Campus Observatorio. Para poder traer este tipo de cirugía al país, nos capacitamos en Europa, contando con el aval del grupo italiano de cirugía endócrina y de la International Federation of Head & Neck Oncology Surgery”.
La cirugía
Al entrar por debajo de la lengua (sublingual) esta cirugía logra una apariencia cosmética máxima al no dejar cicatrices visibles en el cuello, resaltó el experto y agregó “técnicamente es menos compleja que las anteriores opciones, pero requiere de un mayor tiempo en quirófano, mejores instrumentos, solamente disponibles en centros de alta especialización en cirugía endocrina y endoscópica; además hacemos un neuromonitoreo transoperatorio, con la intención de evitar cualquier daño a los nervios de la voz” .
Además de un diagnóstico y tratamiento tempranos, es muy recomendable que quien haga la cirugía, “sea un especialista en cirugía de tiroides y que cuente con el apoyo de un equipo multidisciplinario de enfermeras y especialistas de primer nivel”, destaca Acuña Tovar.
Síntomas
Por lo general, en las fases iniciales de esta enfermedad no hay síntomas, por eso “hacemos un llamado a crear conciencia, tanto a los médicos como a los pacientes, ya que los primeros, no lo buscan proactivamente y las personas ni lo piensan. Una sencilla exploración podría hacer toda la diferencia y permitir un diagnóstico temprano, lo que elevaría las posibilidades de éxito”.
Entre los principales síntomas se pueden incluir, además de la aparición de pequeños bultos (nódulos) en el cuello, la dificultad para hablar, una inflamación de los ganglios linfáticos, algunos problemas al tragar o respirar y dolor de garganta o malestar en el cuello”, refiere el experto certificado en oncocirugía.
Factores de riesgo
El oncocirujano Manuel Acuña Tovar, enlistó los factores vinculados con esta neoplasia: una historia de cáncer de tiroides en la familia, el sexo (las mujeres tienen una incidencia mayor de cáncer de tiroides), la edad, ya que la mayoría de los casos ocurren en personas mayores de 40 (aunque afecta a todos los grupos de edad, desde niños hasta adultos mayores), y haber expuesto la glándula tiroidea a radiación. Por lo que reiteró su invitación a los pacientes a estar atentos ante cualquier cambio en su cuello y acudir a un especialista.
Numeralia
De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), durante el 2018 se diagnosticarán cerca de 53 mil 990 casos nuevos de cáncer de tiroides en los Estados Unidos (EEUU), de los cuales 40 mil 900 serán en mujeres y 13 mil 090 en hombres.
En México, la prevalencia es del 7% en la población general, y la edad más frecuente de aparición de los primeros síntomas puede darse entre los 25 y 35 años, con una prevalencia de 80% en mujeres; sin embargo, en pacientes de mayor edad, la distribución hombre-mujer se vuelve homogénea.
Si bien, el número de casos de cáncer sigue aumentando en todo el mundo, la tasa de mortalidad por esta causa parece haber disminuido de forma constante en los últimos 25 años, de acuerdo con un estudio realizado por la ACS en los EEUU, publicado en la revista Cancer Journal for Clinicians, ya que pasó de un máximo de 215.1 muertes por cada 100 mil personas en 1991 a 156 en 2016, lo significa un descenso total de 27 por ciento.