Primeros Auxilios Emocionales: cuidándote a ti mismo y a quienes amas
Después de un evento emocionalmente difícil, tus emociones están alteradas y es normal. Éstas afectan a tus pensamientos, que se vuelven cíclicos y retroalimentan a las mismas emociones, creando así un círculo vicioso. Al final, lo que te genera ansiedad, miedo o estrés en momentos posteriores a un trauma, son tus pensamientos.
El miedo es una reacción natural al acercarse a la verdad.
—Pema Chödron
Es importante que sepas que no hay nada mal en ti. El evento que acabas de pasar activó tu sistema de Defensa, Ataque y Huida (DAH). Esta es la reacción natural de tu sistema nervioso ante una amenaza, para mantenerte a salvo.
Con los siguientes ejercicios, activaremos el sistema de Cuidado y Conexión (Tend & Befriend system), que también tiene tu sistema nervioso, y que contrarresta al sistema DAH, para ir procesando el trauma y poder recobrar tu estado emocional base de bienestar.
En palabras de Elaine Miller-Karas, un trauma es “demasiado en muy poco tiempo”. Tu sistema nervioso, que está diseñado para estar alerta las amenazas, recibe demasiados estímulos en un corto tiempo, lo que provoca que sea incapaz de procesarlos en el momento, generando estrés, confusión y desorientación. Sus procesos de discernimiento habituales no le son suficientes y permanece en un estado de alerta mientras logra, poco a poco, asimilarlo. El proceso puede alargarse en la medida en que siga recibiendo estímulos que refuercen la sensación de amenaza, pero también puede recibir estímulos distintos que le den el mensaje de que el peligro ya pasó y regrese paulatinamente a un estado de mayor estabilidad.
Una de las herramientas útiles para ayudar al sistema nervioso a regresar a su estado emocional base de bienestar, es el contacto físico, que activa el sistema de Cuidado y Conexión. Este contacto físico, en el caso de un niño, se lo da normalmente su madre o algún adulto a cargo. En el caso de los adultos, podemos dárnoslo nosotros mismos.
Algunos gestos que pueden ayudarnos a activar el sistema de Cuidado y Conexión son:
- Colocar una mano en el pecho y otra en el abdomen mientras respiramos conscientemente. Al inhalar, por la nariz, llenamos primero el abdomen y luego el pecho. Al exhalar, por la boca, vaciamos primero el pecho y luego el abdomen. Repetir al menos 5 veces, lentamente. Nota qué ocurre con tus emociones.
- Pon una mano sosteniendo tu nuca y la otra sobre el corazón. Respira tranquilamente. Nota la sensación de soporte y calidez que te aporta este gesto. Nota tu experiencia emocional.
- Pon una de tus manos en una de tus mejillas y la otra sobre tu corazón. Respira tranquilamente mientras experimentas el calor de tu propio contacto, y la sensación de protección que se genera. Nota tu experiencia emocional. Puedes cambiar el gesto y poner ambas manos en las mejillas. Nota tu experiencia emocional.
- Cruzando los brazos frente a tu pecho, coloca tus manos sobre los deltoides (atrás de los hombros) y experimenta la sensación de soporte y protección. Respira tranquilamente. Nota tu experiencia emocional
Otra herramienta útil es nombrar la emoción que estás experimentando. Esto ayuda a disminuir la actividad de las partes de tu cerebro que está buscando amenazas. Hazlo amablemente. Por ejemplo, Hay miedo, estoy experimentando ansiedad, así expresa mi cuerpo el miedo. Repítelo algunas veces y observa si cambia la sensación corporal de estas emociones.
Algo que puede ayudarte a que tu atención baje de los pensamientos y regrese a tu cuerpo, es notar las sensaciones corporales de peso o de presión.
- Nota el peso de tu cuerpo sobre tus caderas.
- Nota el peso de tu cuerpo sobre tus pies.
- Nota el peso de tus manos sobre tus muslos.
- Nota que tu cuerpo tiene un peso porque hay fuerza de gravedad y hay una base debajo de ti que soporta tu peso.
Finalmente, te invito a que notes tu malestar y reconozcas que no eres la única persona que lo está experimentando. Hay personas que en este momento están experimentando lo mismo que tú. Deséales, profunda y genuinamente, que estén bien, que recobren su paz, que puedan encontrar tranquilidad. Esto te permite cambiar el foco de ti hacia los demás, lo cual promueve la actividad en otras partes de tu cerebro que te ayudan a estabilizarte.
Date cuenta de que tu calma, aporta calma a los demás. Cultiva una mente valiente y ecuánime.
Lilyán de la Vega es Coach de Vida, Instructora de Meditación y Balance Emocional, Conferencista, Activista por la Sororidad y Autora del libro Lecciones para Volar para una Bruja Moderna, publicado por Ediciones B. Transformación Personal desde lo Femenino.
*Basado en el método de Valentín Méndez. Consulta la página de Cultivo, Instituto de Ciencias para el Florecimiento Humano, donde encontrarás videos explicativos de estas y otras herramientas de Valentín: www.institutocultivo.com